viernes

Prismas

Ayer estaba de muy mal humor. Había varias razones para eso, pero la principal era que una personita que estoy queriendo estos dias y extrañando parecía andar en otra cosa..
Obvio que cuando estamos de mal humor, parece que cualquier cosa que hagan los demás nos molesta y que lo hacen para lastimarnos y jodernos.
Es necesario darte cuenta que el otro en verdad tiene cosas impostergables qu hacer. Que no lo hace de jodido/a. Es preciso comprender que tenemos que ocuparnos de nuestras cosas y dejar de estar pendiente de un mensaje o de una llamada.
Entenderlo y sobretodo racionalizarlo. Saberlo no alcanza.
Hoy me levanté de buen humor, me focalicé en mí, pude hacer varias cosas que tenía pendientes y me siento ya mucho mejor. El sentirse bien no depende de los demás, no depende hay veces de las circunstancias, depende de la decisión de estar bien o de estar mal. De ponernos mal o tomarlo tranquilos.

Es el prisma con el que quieramos mirar para seguir creciendo.

miércoles

Labios

Cada palabra que sale por los labios tiene un poder volátil pero duradero, que hace eco en los oídos de quienes escuchan, en el corazón de quienes captan, en el alma de los que disciernen.

Estos labios guardaran secretos de otoño, con delicados colores ocres sobre ellos. Son labios sinceros, impulsivos, pero que nunca permiten juegos de palabras prohibidos.

Tengo una enfermedad crónica que me doblega desde que nací, y es que no puedo dejar de decir lo que pienso y lo que siento, y por más que intento sellar los malditos labios en las noches los acaricio porque hacen mi esencia.

Hay un Zoo de palabras dando vueltas, algunas hacen sonreír, otras te doblegan, uno debe ser ágil y esquivarlas cuando te llegan como boomerang, pero así es un Zoo, lleno de especies, lleno de razas, lleno de ecosistemas diversos, de verbosidades universalmente dispares.

Hoy asevero que ellos son parte de mi regalo en la vida, gesticulan y emiten lo que mi cerebro les dicta a los demás habitantes del Zoo, son fieles esclavos de mi interior, nunca dudan, siempre ejecutan, sobreviven a mí.

Este otoño los dejaré que divaguen y jueguen entre pensamientos y expresividad, necesitan vincularse y mimetizarse con el Zoo porque esa retroalimentación constante los mantiene poderosos y vivos en esta jungla de onomatopeyas y gesticulaciones tan vulgares.

Tal vez todo lo que miro está mal, supongo, especulo, miro espiando dentro del Zoo, pero mis labios siempre dirán lo que mi interior exprese, revolucionariamente, instintivamente, expresivamente, simplemente dejándome ser yo.