Hay símbolos que muerden como perros furiosos o patean como redomones, y símbolos que se abren como frutas y destilan leche y miel.
Y hay símbolos que aguardan, como bombas de tiempo junto a las cuales pasa uno sin desconfiar, y que revientan de súbito, pero a su hora exacta.
Y hay símbolos que se nos ofrecen como trampolines flexibles, para el salto del alma voladora.
Y símbolos que nos atraen con cebos de trampa, y que se cierran de pronto si uno los toca, y mutilan entonces o encarcelan al incauto viandante.
Y hay símbolos que nos rechazan con sus barreras de espinas, y que nos rinden al fin su higo maduro si uno se resuelve a lastimarse la mano.
Leopoldo Marechal
Y hay símbolos que aguardan, como bombas de tiempo junto a las cuales pasa uno sin desconfiar, y que revientan de súbito, pero a su hora exacta.
Y hay símbolos que se nos ofrecen como trampolines flexibles, para el salto del alma voladora.
Y símbolos que nos atraen con cebos de trampa, y que se cierran de pronto si uno los toca, y mutilan entonces o encarcelan al incauto viandante.
Y hay símbolos que nos rechazan con sus barreras de espinas, y que nos rinden al fin su higo maduro si uno se resuelve a lastimarse la mano.
Leopoldo Marechal
1 comentario:
Qué hermoso, hoy necesito un trampolín flexible.
Andaré por acá seguido Diego, hasta la próxima!
Sabina (la de los mundos suspensivos)
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