lunes

Somos los piratas......

El pirata y la gitana llegaron una hora más tarde de lo que decia la invitación a la fiesta. Había gente afuera, estaba haciendo un poco de frio. Un grupito de 3 personas en la puerta esperando para entrar y entre esos, uno que estaba de acertijo. La inspiración del personaje de ciudad Gótica estaba un poco distorcionado según lo recordaba el pirata. El acertijo es verde y negro, no verde y violeta.
La noche empezaba bastante bien, diversión, tragos, algo para comer. La buena musica fué acompañando bastante bien la noche.
Buenos disfraces, creativos, y gente que prometía...las miradas empezaban a ser notadas y eran momentos de presentaciones. De saludos y de charlas que son rutinarias, pero siempre creidas como necesarias.

Se hizo visible un jugador de básquet que no se cansó de mostrar que servía para una publicidad de crema dental. El pirata retribuía como todo el caballero que era, aunque como buen pirata pensaba llevarse un buen tesoro para sus arcas.
El zombie, quien era de anfitrión de la noche, hacía de nexo entre los concurrentes. Lo presentó al acertijo a la gitana y al pirata. La gitana conversaba bastante animada con el Acertijo, pero su interés estaba en cometer un pecado esa noche. Su objetivo era el cura.

El pirata y el acertijo conversaban en la pista, la charla era bastante divertida. El acertijo jugaba hasta ese entonces con sus ambiguedades como todo signo de interrogacíon que era. El pirata en cambio, con el único ojo que tenía libre (debido al parche) agudizó la vista y ya sabía donde queria anclar.
Entre baile, risas, fotos y muchos vasos en la mano, la gitana se decidió por hacer la comunión y la confirmación todas juntas esa misma noche. Fué por eso que tuvo unas clases intensivas con el cura y se fueron al confesionario.

El acertijo cada vez mostraba más interés en desvelar todas las dudas y se acercaba a excasos centímetros de la boca del pirata. Le contó al oido las respuestas a esas dudas. Como todo acertijo que era, se animó a decir que sufría de histeria ante lo que sabía que se venia. El pirata supo leer esto y dejó hacer. Nunca avanzó. Se hizo un poco el desinteresado. La estrategía funcionó a la perfección. El pirata estaba acostumbrado a jugar a la batalla naval por eso los planes bélicos eran su pasión.
El hombre de verde con signos de pregunta violetas dijo vamonos de acá, el pirata respondió que aceptaba. Ya en la calle, al caminar unas cuadras los impulsos del acertijo se hicieron presentes y lo abraza al pirata por la cintura y le dá un beso. Los besos siguieron durante un par de cuadras en las que contra puertas de casas ajenas, las espaldas tocaron el timbre sin darse cuenta presas de la eufória.
Los besos, las caricias, los abrazos, las tocadas de culo, las apoyadas y otras cosas.. fueron el predominante durante esas cuadras. El pirata se llevó el tesoro que quiso y al acertijo hizó la bandera de las caravelas.

1 comentario:

Fabian dijo...

Que buena historia! Me mata la que se fue al confesionaria jaja qué chica religiosa!
Muy lindo, espero que no haya motín para el pirata.
Un abrazo.