viernes

Nueces


Él era solo un niño,
de trenes sin destino,
buscaba su camino y de repente
algo cambió su vida en la estación.
Allí estaba ella,
única con pulseras,
con flores en el pelo y la sonrisa
comiéndole la cara con algodón.

Cuantos días, cuantos meses, cuantos años,
esperando que la vida
lave todo el desengaño.
Cuantos días, cuantas nueces, veinte años,
separados no lograron apagar ese amor,
ese amor... ese amor

Pero llegaron tiempos, oscuros y violentos,
en que toda la vida era un callejón
que no tenía salidas, solo desolación

Ella partió deprisa,
voló como una brisa,
huyendo de esos días y él lo comprendió.
Porque estalló en pedazos su corazón.

Pero un día se encontraron como trenes de ida y vuelta en el andén
se abrasaron, se besaron y todo empezó de nuevo otra vez.

No hay comentarios.: